Quería tanto a los animales que su casa estaba repleta de ellos. Los bañaba, los curaba, los mimaba tanto que parecía un zoológico, pero no era un zoológico; parecía una clínica de animales, pero no era una clínica. Era simplemente un lugar de cobijo y mucho amor.
Sin embargo, no todo lo que reinaba en el bosque encantado era paz. A la diosa de la naturaleza le molestaba la presencia de los bichos raros, como ella los llamaba, y que estos le brindaran tanto cariño a Anilrina.
En el bosque todo se volvió oscuridad, la diosa de la naturaleza hacía todo lo posible para que el sol no saliera, creaba lluvias fuertes y vientos que pelaban los árboles. Los pequeños animales tenían frío y ya no les quedaba alimento.
Anilrina ya no pudo más, enfrentó a su amiga, pidiéndole que dejara la maldad y la envidia de lado y que mostrara bondad y compañerismo en sus acciones. Así fue como estas amigas dedicaron a salvar durante sus vidas inmortales a proteger y salvar a los animales del mundo.
Desde ese día se festeja en Argentina, todos los seis de agosto el Día del Veterinario. Personas que dedican su vida al cuidado y amor por los animales.
Autora: Lucia S. 5ºB
Ilustradores: Pedro y Morena 5º B
Ilustradores: Pedro y Morena 5º B
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