La clausura tenía lugar en la siguiente mañana con la
reunión de los triunfadores frente al templo del dios Zeus. En su interior los
jueces exhortaban a los atletas a marchar a pie hasta el trono. Allí, como
símbolo del triunfo, se colocaban a los campeones una corona de ramas de olivo
salvaje. Por la noche, los jueces y ganadores volvían a reunirse para un
banquete.
No hay comentarios:
Publicar un comentario