En la antigua Grecia había un dios
llamado Brekfoiz.
Siempre le pedían ayuda y él los
ayudaba a salvarlos de los villanos. ¿A quiénes? A los lugareños de la ciudad,
que veían en su dios a un héroe inmortal y poderoso.
Sin embargo, no todo lo que reinaba
en la tierra era tranquilidad. Había caos y las batallas que protagonizaba
Brekfoiz eran sanguinarias.
Su archi enemigo era el rey Larrod
que era el más poderoso de la tierra pero, no era un dios.
Odiaba tanto a Brekfoiz que hacía lo
posible para vencerlo en cada combate. Deseaba ser el más querido de la antigua
Grecia, por siempre.
La venganza no es buena consejera
pero, Larrod no escuchaba a su corazón, solo al hechicero del reino. Este creía
que con un hechizo podría vencer al dios y lograr que el gran Zeus le otorgara
el “súper poder”. Un reconocimiento a los mortales valientes de Grecia.
Larrod nunca llegó a encontrarse con
Zeus. En la última batalla, sin necesitar ayuda, las personas lucharon junto a
su dios Brekfoiz.
Toda la gente lo quiso más y más hasta
que Larrod no se atrevió a venir otra vez a la antigua Grecia.
BAUTISTA J. 5ºB